Mira dentro de ti, no estás vacío, tienes alma. El horizonte aguarda el instante que le brindarás para hacerlo infinito. Cada que abrazas esa mañana helada, no es soledad lo que ves, es la ausencia de ti que presencias. Esa ausencia que juraste mantener apartada, y ahora estás entregándote a la ilusión de una compañía ajena a la tuya. Es hora de abrir los ojos y mirar al cielo, respirar hondo y darle una sonrisa a la vida.