La cultivación espiritual era un camino difícil que la mayoría de poseedores de núcleos dorados practicaba y estudiaba con el único objetivo de alcanzar la inmortalidad. Pero siempre había excepciones en todo, Lan Zhan y Wei Ying habían vivido juntos durante 250 años, felices y satisfechos el uno con el otro, aunque no era suficiente querían permanecer unidos para siempre, por la eternidad, para Lan Zhan era fácil alcanzar la inmortalidad y ascender al cielo, al igual que su hermano Lan Xichen, pero para Wei Ying era imposible por mas que lo intentara el cuerpo que habitaba no era suficiente, ademas que las cicatrices en su alma debido al cultivo demoníaco jamas lo dejarían ascender. Por esa razón habían pasado los últimos años cultivando sus almas para reencarnar, no era fácil pero lo habían logrado, se debía cumplir cierto tiempo hasta que sus almas volvieran al mundo terrenal y se encontraran, pero era seguro que sucedería, no dudaban de eso.
Pero todo tiene un precio, el precio de reencarnar eran las memorias. Cuando sus almas se encontraran de nuevo no conservarían sus recuerdos, pero no importaba, su amor era grande y sin limites, así que estaban seguros que de alguna forma u otra podrían estar juntos, para siempre. Después de todo eran almas gemelas.
-Soy Wang Yibo- habló el menor con un tono de voz grave y algo ruda.
-Soy, Xiao Zhan- contesto el mayor, tratando de sonar natural y alegre.
Al momento que sus manos se estrecharon ambos sintieron una corriente eléctrica por todo su cuerpo, imágenes rápidas pasaron por su mente a la velocidad de un rayo y una extraña sensación se instalo en sus pechos. ¿Qué había sido eso?.
Las votaciones del año 2036 son algo que no me emociona, ya que los candidatos, a mi parecer, no valen la pena, en especial Alejandro Villanueva, aquel chico que se burlaba de mí por mi sobrepeso y al que ahuyenté cuando decidí defenderme. Mi encuentro con él y mi comentario imprudente en la fila para votar es el inicio de una propuesta que no puedo rechazar, así como tampoco puedo negar la profunda atracción y el inmenso deseo entre los dos.
De la noche a la mañana me he vuelto la futura dama y también he descubierto que soy la obsesión del presidente.