Nada más conocerse, Miguel y Hiro ya han empezado con el pie izquierdo en medio de malentendidos. El problema es que tienen a dos amigos muy contestones que no gustan de verles angustiados, y que están más que dispuestos a protegerlos. El otro problema es que Marco y Miguel se parecen mucho. El último problema es que aquí nadie parece capaz de meterse en sus propios asuntos. Tantita madre, por favor.