A pesar de que solo eran cuerpos sin vida dentro de cajas que se acoplaban a sus cuerpos, Undertaker siempre les había dado ese toque especial que los hacia verse hermosos y únicos, pues eran personas, que anteriormente estaban vivas, que merecían irse de la manera más digna posible de la vista y vida de sus seres queridos resguardándose tras barrera de madera o mármol a cinco metros bajos tierra, desapareciendo de la más bella y cierta forma con ese "toque". Y te preguntaras: ¿Cuál es ese toque? Pues simplemente la respuesta es una palabra: Flores. El sepulturero cada vez que le encargaban crear y confeccionar un ataúd para una persona humana fallecida buscaba a través de Inglaterra la mejor floristería en la cual podría obtener las más bellas flores perfectas con ese exquisito olor que desprenden cual perfume de una mujer. Estas mismas se encargaban de decorar el cuerpo del fallecido a su alrededor, dentro del ataúd, dándoles un toque menos tétrico a uno más suave y elegante. Pero siempre dicen que nada es eterno y esto le traería problemas, no muy grandes, a Undertaker. La floristería que se encargaba de enviarle las flores, por no obtener ganancias buenas, había dejado de existir trayendo como consecuencia en la búsqueda inmediata de una nueva floristería que le dieran productos de buena calidad que sin saber, este camino le traería al sepulturero ciertos obstáculos que lo conducirían a ese único olor tan delicioso y divino que su nariz haya olido en toda su existencia volviéndolo, aun más loco de lo que ya era. Pues cuando conoces el olor de la pasión, estas condenado a ya no ser el dueño de tu propio corazón. |Actualizaciones al azar: Es decir, podría actualizar días o semanas después o antes de lo esperado. Advertencia: No esperes encontrarte con una historia profesional porque es todo menos esa pero si quieres leer entonces te invito a hacerlo y que te guste.|