Derek Jackson, siempre tuvo todo, y si se le complicaba siempre encontraba una solución.
Era guapo, rico, popular, tenia a las chicas que quería, sexo y además era arrogante, egocéntrico. Él sabía y conocía todo lo que sucedía a su alrededor, nada se le escapaba y si queria algo lo conseguía. Pero, ¿que pasa si un día conoce a una chica misteriosa del cuál no sabe nada, y que sólo vio una vez?
Allison una chica rebelde, peligrosa, segura, aventurera, le encanta salir de fiesta, emborracharse, para ella eso un una vía de escape y así poder eludir sus problemas. Lo que nadie sabe, es que todo eso es sólo una fachada que fue creando para que nadie conocia su pasado, un pasado que quiere olvidar, un pasado que cada noche regresa y la atormenta.
Lo que ellos no saben es que se van a conocer de la manera más inesperada y además de que esa no será la última vez que encuentren.
Ella sólo quiere olvida sus problemas, miedos, inseguridades que la persiguen desde que era una niña.
Él, sólo siente intriga por una chica misteriosa que un día conocío, pero del cuál no sabe nada.
Dicen que enamorarse es lo más bonito del mundo y lo es, pero no cuando te rompen el corazón.
¿Qué harías si fueras la única persona capaz de tener pesadillas que se vuelven realidad?
Hazel tiene 17 años qie lleva un año en Northwood, una ciudad que esconde más sombras de las que aparenta. Desde niña, Hazel ha sido atormentada por sueños oscuros, que siempre creyó eran solo eso: pesadillas. Pero ahora ha descubierto que eran reflejos de crímenes reales ocurridos en Northwood. Y lo peor es que han vuelto... con una advertencia.
Sola, conuna familia plagada de secretos, Hazel se embarca en una carrera contrarreloj para descubrir la verdad y detener lo que está por venir. Su única regla: nadie puede enterarse. Ni siquiera Elastor, su ex novio que acaba de llegar a vivir con ella.
A medida que los límites entre lo real y lo imposible se desdibujan, y figuras del pasado como su tía Hailey North reaparecen, Hazel se verá obligada a enfrentar no solo los secretos de su ciudad y su familia, sino también los de su propia mente.
Porque a veces, para evitar el futuro... hay que recordar el pasado.