Dos reglas de oro. Sólo debía cumplir dos simples reglas. 1º No interactuar con humanos a los que aún no tuviese que llevarme. 2º Nunca llevarme el alma de un humano que no estuviese moribundo. Y yo, estúpido de mí, rompí ambas. Inicio: 2020/03/08. Finalizada:2020/10/06