Maria tiene 26 años. Ha vivido toda su vida, sin tener propósitos que la animen a seguir con la misma. Por eso se empeña en querer ser alguien importante, alguien que todos al ver su rostro conozcan, por esa razón va a un convento. Donde ella piensa que será adorada por la gente ya que tiene la vaga idea de que las tareas comunitarias que va hacer la ayudarán a su proposito. A ella lo acompaña su muñeco, Flora. Es un fiel seguidor de sus más internos demonios. Y este le indicará que en el nombre Dios mate a cuanta persona le parezca inmoral y perjudicial para el bien social. Gracias por portada te quedó genial @1_demigod