Miró por la ventana asustado, esperando verlo que ya no existe, pero por mucho que lo piense o lo desee no regresaremos al apacible tiempo que vivimos, ha desaparecido, solo quedan las ruinas, los recuerdos dolorosos.
Gi-Hun busca acabar con los Juegos, pero no sabe que In-Ho, el hombre tras la máscara, arriesga todo para protegerlo. Entre la tensión de los retos y las miradas, ambos se acercan peligrosamente, atrapados entre el deseo, los secretos y un sentimiento que podría destruirlos.