Finalmente frente a frente, antes cuando era niña probablemente se habría cohibido ante una mirada tan azul e intensa como la de él; pero ahora era una mujer fuerte y capaz de hacer lo que se proponía, ya había peleado contra los más fuertes enemigos y dejarse intimidar por esa mirada, que además era su más grande debilidad, sería una estupidez. - Hyoga... ¿podemos hablar? Aunque tenía el valor, sus mejillas delataban lo nerviosa que estaba, se veía como una muñequita o quizá un bello ángel. - Vamos a la playa está noche, yo invito Pero pese a los nervios finalmente pudo pedirle una cita, aunque parecía más una salida de amigos. Él sólo esbozó una sonrisa apenas perceptible y asintió. - Te esperaré... Respondió él.