Se acerca a mi con paso decidido y cuando pensé que se iba a chocar conmigo me esquivó y cerró la puerta con llave. -Hasta que no me dejes acompañarte a casa y cuidarte no saldremos de aquí. ¿¡Queeeeeeee!? -Abra esa puerta, mi turno a terminado y estoy malita así que déjeme salir. -Por las buenas nos has querido, pues tendrá que ser por las malas.