La vio por primera vez cuando fue de visita a la casa de Cecilia, una amiguita que estaba muy enferma. La pálida chica abrazaba muy fuerte esa linda muñeca a la que Rosalba no podía quitar los ojos de encima y la cual le dejó como regalo tras su muerte días después.
La pobre niña no sabía que sentir, aunque el presente le había fascinado, la tristeza por perder a su amiga no le dejaba disfrutar. En momentos creía que su deseo de poseer la muñeca había causado la muerte de Cecilia y la culpa la consumía. Sobre todo porque no había alrededor alguien que se preocupa por ella, su propia familia la ignoraba por completo.
A causa de esta soledad, su único refugio fue la muñeca, se convirtió en su compañera, en su amiga, en su todo. Compartía con ella secretos, miedos, frustraciones y problemas en su entorno. Y pronto sucedió algo muy extraño, pues todo aquel que dañaba a Rosalba de algún modo, aparecía muerto, con su rostro destrozado a arañazos.
Ni su propia familia estuvo a salvo de este terrible mal, un día al despertar, se dio cuenta que estaba sola en el mundo, pues sus parientes estaban tirados en la cocina ahogados en un charco de sangre.
La pobre niña empezó a llorar y llorar por estar sumida en aquel terrible cuento de terror, en el que todos se marcharon de un modo horrendo, dejándola en el olvido. Sus lágrimas fueron tantas que terminó dormida sobre la mesa.
Despertó envuelta en llamas, y extrañamente veía que su cuerpo la observaba sonriente mientras se quemaba. Todo acabó con una muñeca achicharrada, y dos contentos padres por tener de vuelta a su hija, pues aprovechando el encanto que Rosalba sintió por el juguete, lo acercaron a ella después de meter ahí el espíritu de su moribunda hija, para que en el momento preciso esta hiciera un intercambio y tuviera nuevamente un cuerpo humano.All Rights Reserved