- Hagamos un trato - me miró confundido - ¿Qué trato? - - Tienes que casarte en dos meses - asintió - Te daré un mes para que trates de enamorarme, si en ese mes tú haces que yo me enamore, me caso contigo - su expresión era de sorpresa - ¿Qué? - entrecerró los ojos - Espera, ¿Estás diciendo que estás dispuesta a tener una relación conmigo y si todo va bien casarnos? - asentí - ¿Y qué ganas tú? - suspiré - Mi mamá está obsesionada con que me case con mi ex novio, pero tengo un pasado muy desagradable con él, del cual mi madre no sabe, es por eso que si le decimos que tú y yo vamos a casarnos ella desistirá de esa idea, ella quiere que yo sea feliz, pero su idea de mi felicidad es errónea - sonreí con nostalgia - O sea que de alguna manera esto es un ganar, ganar - asentí - ¿Necesitas pensarlo? - sus ojos estaban fijos en mí, pero no respondía - ¿Alexander? - negó - Hagámoslo - asentí - Cerremos el trato - asintió y tomó mi mano - Señor Müller, es un placer hacer negocios con usted - - Señorita Vega espero que nuestro primer negocio sea exitoso - sonreímos, yo también esperaba eso. Alexander y Mariel dos personas diferentes pero iguales ¿Qué pasará cuando una inocente mentira se convierta en una realidad? Descúbrelo.