"Buscarás su aroma y su cercanía en tantas cosas... pero solo la encontrarás en ella. Porque ella será todo lo imaginaste"
Verónica cierra el cuaderno, suelta un suspiro profundo, de esos que parecen arrancarse del alma misma. Sus lágrimas caen, recorriendo su rostro en silencio, mientras una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios, llena de nostalgia y amor. De pronto, su teléfono vibra, y la pantalla ilumina el nombre de Elizabeth. Ella siente un dolor que le atraviesa el pecho, un dolor que es tan hondo como el amor que late dentro de ella.
Responde la llamada, pero ambas se quedan en silencio, atrapadas entre el deseo de hablar y el miedo de decir lo que sienten.
-Una patrulla está afuera de mi casa... -susurra Elizabeth con un hilo de voz, la tensión y el miedo evidentes.
Verónica intenta buscar palabras de consuelo, palabras que cubran la distancia entre ellas, que sanen las heridas invisibles.
-Las cosas... las cosas van a mejorar -le dice en un intento de esperanza, aunque su voz tiembla.
Elizabeth, en un susurro apenas audible, responde:
-Inefable.
-¿Qué quieres decir? -pregunta Verónica, su corazón acelerado.
-Inefable... algo tan hermoso que no se puede explicar con palabras.
Verónica queda en silencio, ahogada por la emoción, sus lágrimas ahora caen más rápido, como si cada palabra no dicha cobrara vida en esas gotas que se deslizan. Finalmente, repite en un susurro quebrado:
-Inefable.
La llamada se corta, dejando en el aire la huella de lo que no han podido decir.
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Una historia de amor y dolor entre dos almas que, aunque destinadas a encontrarse, deberán enfrentar pruebas que pondrán en juego todo lo que son. Un amor tan fuerte que se convierte en fuego, que las consumirá y las marcará para siempre, o que tal vez quedará inscrito en lo más profundo de cada una, en un lugar donde ni el tiempo ni el dolor puedan borrar sus nombres.
¿Qué es lo que sucede cuando decides proteger a alguien?
¿Te enamoras? ¿Acaso te lastiman? ¿Te vuelves audaz? ¿O eres capaz de volar como Superman?
"- ¿Qué sucede? - le pregunté ceñudo. - ¿Tengo algo en la cara?
Finny soltó una fuerte carcajada.
- No, en absoluto. - Se sobó el abdomen por reír tanto. - Pero... ¿No te gustaría tener algo en ella? - preguntó travieso. Sus ojos tenían aquel brillo atrevido que suelen tener cuando quiere seducirme.
- ¿Cómo qué? - Me gustaba seguirle el juego.
- Cierra los ojos y en un breve susurro cuenta hasta tres. - Evadió mi pregunta con una orden que no pude desobedecer.
- Uno... - inicié con la cuenta.
Aún sin verle, supe que Finny sonreía satisfecho.
- Dos. - mi corazón dio un vuelco cuando mis cuerdas vocales vibraron al decir el siguiente número. - Tres... - en ese instante, Finny me besó.
Sentir sus labios sobre los míos, era una sensación cálida y sutil, misma que hacía latir más rápido mi corazón. Con sólo un beso, era capaz de ver las estrellas, de viajar a través del universo y fundirme en la profundidad del cosmos."
¿El amor existe?
Izan se hacía la misma pregunta todos los días, pero cierto día conoce a un niño que promete protegerlo y algo en su interior despierta.
Una historia llena de fantasía, secretos y dolor que no puedes dejar pasar.
NOTA: todos mis trabajos están relacionados y se desarrollan en el mismo universo.
ESTA PROHIBIDA CUALQUIER COPIA O ADAPTACIÓN DE LA HISTORIA SIN PERMISO DEL AUTOR.
#IniciativaAvionesdePapel