La noche se volvió fría y eterna cuando la persona que creí el amor de mi vida finalmente se marchó. Acabé perdido, desorientado y en mi gran desierto llegué a creer que el mejor consuelo eran las estrellas. Les contaré como una estrella ha salvado mi vida. En toda esta incertidumbre aprendí dos cosas esenciales para la vida. Una es, siempre tener esperanza. Dos, forjar tu historia.