Pasaba una noche fría de invierno, el viento cortaba como vidrios en la cara, la única compañia no eran más que las palomas buscando un trozo de pan, hasta que la suerte esa noche lo pasó a buscar, su nombre era Helena, flaca y alta con una hermosa cola de caballo, desinteresada de las pobres palomas que casi aplastó. Una novela corta de amor y desamor, una chica misteriosa que llega y se va, generando intriga y noches sin sueño.