-¿me amaras aún cuando ya esté en el cielo?. - claro que si, pero me pondré celoso de que las estrellas estén a tu lado. - cuando mires el cielo y yo ya no esté, quiero que sonrias, yo te estaré viendo y si no lo haces me pondré triste. . . . . . El destino está celoso de nosotros, y ya tiene hecho sus planes, perdón por fallarte.