El Sumidero puede matarte y tiene diversas formas de hacerlo. Las noches gélidas. Las peleas callejeras. La suciedad que lo recubre todo. La desesperación. Los ojos que acechan en la oscuridad. Y los que lo hacen por encima del muro, esperando el momento oportuno. Pero Jude se queda, siempre se va a quedar porque el Sumidero da oportunidades a quien sabe aprovecharlas, y ella, desde luego, sabe hacerlo. No sabe de dónde viene, pero, después de mucho tiempo, por fin sabe hacia dónde va. Jude es el futuro de la Hermandad y eso es tan cierto como indiscutible. Todos lo sabían. Ella también. Pero la Hermandad guarda secretos. Y mentiras. Nadie lo sabía. Ella, tampoco.