Diario De Un Corazón Roto

No es una historia de fantasía ni mucho menos de romance; solo soy yo y mis pensamientos, esos que no les digo ni demuestro a nadie. Esos pensamientos acompañados de un sentimiento que no puede ser otro más que el dolor, pero no un dolor físico, es un dolor en el alma. Y es que ya duele tanto que ya ni lloro, solo siento angustia, mucha angustia.