Brianna Bruce está cansada de su monótona vida, siente que no la vive como debiera y está en busca de experimentar cosas nuevas, aventuras locas y conocer nuevos sentimientos.
Sin embargo, a Brianna le sucede algo extraño un día, algo con lo que no contaba, ni imaginaba siquiera.
Tras culminar un aburrido día más, regresa cansada su casa y decide tomar una siesta, y no sabe que, al despertar, está en otro tiempo, todo le resulta extraño, sus padres ya no están y todo en su casa ha cambiado.
Brianna descubre que está atrapada cincuenta años en el pasado.
Año 1969. Brian busca seguir sus sueños, cumplir sus metas y luchar contra lo que venga. Pero está solo, ya que él no siente que Robert, su mejor amigo, sea tan empático, hasta que se cruza con una chica de fetiches raros con los calendarios, como él la llama.
¿Qué podría pasar en una situación así? Cuando todo vaya saliendo de control pero no quieran detenerse...
Kara y su madre solo se tienen la una a la otra. Crecieron en la mansión Stone, no como parte de la familia, sino sirviendo en ella. Kara sueña con un futuro mejor, pero vivir tan cerca de los lujos ajenos y tan lejos de pertenecer a ellos tiene un precio.
Desde niña, guarda en silencio un amor imposible por Mark, el primogénito de la casa. Entre humillaciones, secretos y pérdidas, su vida se divide en tres etapas: la adolescencia que la marca, la adultez que la quiebra y la madurez como madre soltera que la pone a prueba una vez más.
Tres épocas, un solo corazón... y una historia que demuestra que, a veces, amar también duele.