Sus pasos entre la hierba era lo único que sonaba lo cual era demasiado extraño ya que generalmente estaban acompañados de una risa o una platica sin sentido a que no quería responder ni iba a responder. Todo estaba en... silencio. - "Algo anda mal." - Pensó el rey entrando a la cueva - Eh kirishima, ¿donde mierdas estas? - Ya tenía una respuesta.