David y Magno eran los mejores amigos del mundo. Se conocían desde el preescolar y habían sido inseparables desde entonces. Había llegando la pubertad, y los sentimientos sexuales de ambos despertaron. Pero David sentía que algo estaba mal con su vida. Estaba comenzando a sentir atracción por Magno, y no sabía que hacer. Su religión y su mundo estaba encontrá de esos sentimientos; pero su corazón le decía lo contrario.