Sólo Cuero y Tinta

Querida Señorita Clarise de Cranston:

En los últimos meses no he podido sacarla de mi cabeza. Aquel brillo como luciérnagas sobre ese manto negro y sedoso. Las pequeñas joyas de colores fríos reflejándose sobre su corteza y ese par de gemas color miel concentradas en una sola cosa. Estoy seguro de que nunca en mi vida había envidiado más algo, como envidié aquel pedazo de cuero y tinta ¿Qué debería hacer para que sus ojos me apreciaran de la misma forma? Aún así, no creo tener lo suficiente para pararme al lado de una dama de su calibre ahora mismo y le ruego pueda perdonarme por esconderme detrás de estas letras.

Atte: N.