Estamos hechos de pequeños momentos, buenos y malos, de historias, de aprendizajes, de dolor pero sobre todo amor. La luz del día era preciosa cada mañana, me sentí en el lugar correcto, miraba el reloj y me emocionaba cada segundo, me emocionaba el hecho de verlo, de enamorarme, de aprender y de soñar. Pero, así como llega cada amanecer, también llega la oscuridad de la noche, esa parte donde no sientes nada, donde no sabes como pasa el tiempo, y cuando despiertas el cielo no es rosa y naranja, los colores son nítidos, son una escala de grises, y ahí es cuando recuerdas que quizá no estás viviendo como realmente hubieras querido, pero sabes que tienes una nueva oportunidad, que tienes la esperanza de un nuevo amanecer. ©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. DI NO AL PLAGIOAll Rights Reserved
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