Gabriel despertó exhausto y excitado, tenía una fuerte erección, había vuelto a soñar con Alexis, una vez más la podía tener en sus brazos a punto de besarse y ella lo correspondía, era una locura, eso jamás sucedería; Gabo la deseaba de una manera lujuriosa y pasional, no solo en sueños, sino en su día a día.