A sido nuestra decisión vivir nuestro paraíso en la tierra, si el resto de la eternidad, tenemos que pagar la condena en el infierno, que así sea, que solo dios sea quien nos juzgue, y que nuestro hermano el hombre, tienda la mano, o ignore, pero que no estorbe el camino a la decisión divina, porque mientras estemos juntos, será este un paraíso terrenal.