Un poco de azul

Ezra Arthus es un detective trabajando para la policía de Ciudad Unión. El último caso que decide tomar antes de retirarse es el de un multimillonario asesinado de manera misteriosa, sin ningún testigo ni sospechoso excepto un androide perteneciente a la víctima, y que no muestra señales de inteligencia. Arthus decide estudiarlo más a fondo, y debido a que el androide está en riesgo de ser destruido opta por llevarlo a casa. Se gana una enorme sorpresa al descubrir lo que el androide es capaz de hacer, no solo aprender, sino que fue diseñado para algo más que un simple objeto decorativo y sobre todo por su gran capacidad de resolver acertijos, cosa que saca la investigación adelante. Poco a poco, Connor, como lo ha nombrado Arthus, recupera piezas de su memoria antes de su "despertar" que revelan el oscuro secreto tras el asesinato y les conducen paso a paso a la identidad del culpable.

Pero ¿resolver el caso es lo único que importa? Mostrar emociones es sólo de humanos, según dicen. Algo se lía, oculto bajo piel artificial y dos perfectos ojos verdes, detrás de la fachada de robot y la programación. Y Arthus y Connor están a punto de dar fe de ello.