Estoy rota, hace mucho que lo sé, lo supe cuando fui a casa y me dijeron que mi tío había desaparecido, lo supe el día en el que mi padre me ignoraba o incluso miraba con repulsión, como si fuera una meretriz más; pero sobre todo lo supe cuando mi mejor amigo, casi hermano, Aelmnu, me anunció su partida a Noruega, aquel fue uno de los pocos días que lloré. De mi familia poco quisieron saber de mí, pero por lo menos mi madre se preocupaba de si comía, solo de si comía. Pasaba la mayor parte del día con Aelmnu, era el único que se preocupaba por mí, pero, por muy increíble que parezca, yo seguía queriendo a mi familia, a pesar de todo. Hoy en día. . . no hay mucho que decir, aunque tengo amigos, soy la más solitaria de la clase, ya no me quedan las ganas de reír, de sentir. . . de vivir, y sé lo que estaréis pensando, "y te cortas para superarlo"; pues no, nunca me he cortado, pienso que eso es de cobardes y sinceramente siempre he pensado así, y espero que siga siendo así, porque aunque no lo supiese, algo me decía que debía seguir adelante, que pronto algo cambiaría y por ridículo que suene, le hice caso.
Elliot Jensen and Elliot Fintry have a lot in common. They share the same name, the same house, the same school, oh and they hate each other but, as they will quickly learn, there is a fine line between love and hate.