En esta historia los personajes no serán países, serán personas normales o casi normales.
A veces somos tan masoquistas que nos gusta quedarnos en lugares donde nos hacen daño... Pero es que a veces hay momentos de lucidez y felicidad, que nos hacen sentirnos plenos y felices, el caos viene después.
Y las relaciones tan caóticas causan cataclismos en nuestras vidas, y cuando crees que ya nada puede ser peor, sucede una nueva explosión.
¿Habías escuchado alguna vez que Van Gogh comía pintura amarilla, porque es un color brillante, y él pensaba que comer eso lo iba a hacer feliz? Todos pensaban que estaba loco, por comer algo tan tóxico y venenoso. Pero si lo miras desde un lado menos juicioso te das cuenta que es como cualquier otro.
¿Quien realmente fuma marihuana porque le gusta ser drogadicto?, en realidad ellos sienten que consumirlo los hará más felices.
Yo, en cambio, sigo con el mismo chico que me hace daño, pero al mismo tiempo me hace sentir más amada que nadie. Él es mi pintura amarilla, pero tanta toxicidad me está cansando.
Todos dicen que lo deje, que lo olvide, pero no es tan simple, me siento atada a él, me falta valor.
Y entonces, mi ya caótica existencia, tiene un detonante más... estoy embarazada, y no es del que se supone es mi novio. ¿Qué hacer entonces? ¿Qué se supone debo decirle? ¿Cómo dejar de consumir mi pintura amarilla?, estoy muriendo por dentro, estoy cansada... Ya no quiero más 𝑝𝑖𝑛𝑡𝑢𝑟𝑎 𝑎𝑚𝑎𝑟𝑖𝑙𝑙𝑎.
~historia de mi autoría.
~Portada echa por mua, osea yo.Hak Cipta Dilindungi Undang-Undang