En un mundo clasista lleno de castas y que se divide según el peso del bolsillo de cada uno, cualquiera que no pudiera permitirse las marcas más caras, los mejores coches, las casas más grandes, la tecnología más moderna, simplemente no existía. Y así era ella sus padre una limpiadora y un jardinero. Su hermano pronto terminaría de estudiar su grado de mecánica. Y después de su último año de bachillerato y tras haber pasado el verano, todo tenía que volver a la rutina, o bueno casi todo. Después de haber intentado entrar en la universidad, se quedó sin plaza y bueno ahora que iba ser si todo lo que conocía era la rutina de ir y volver de clases de septiembre a junio, vacaciones y otra vez de septiembre a junio, y otra vez. Simplemente no lo supo.
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