Siempre fui un chico curioso. Siempre fui diferente. Siempre me metí donde no debía. Por esos defectos que tengo pasó lo que pasó. Lo que me atrajo a un mundo de pesadillas y horrores. Medía como un metro sesenta, ella caminaba como si fuera alguien superior y su mirada tan oscura que hacía querer descifrar el enigma en sus ojos. Sin meter su nombre, ese maldito nombre que no era para nada común. Samara Anniston.