Min Yoongi no era el tipo de persona que intentaría suicidarse. Aunque pensó en hacerlo, después de haber sido forzado a dar su primer beso después de la escuela y quizás decir abiertamente que era homosexual. Pero el no lo hizo. La alarma sonó y la vida tuvo que continuar hasta que lo llevó a una fiesta en el piso de su hermano, donde conoció a alguien que lo hizo olvidar por un momento toda la ansiedad que lo consumía todos los días. Ese alguien era Kim Seokjin