Dicen que el amor es la solución a todo y que sin él no puedes vivir. Para Emily Tyler, alguna vez en su vida fue así, pero claramente ya no lo es. Su prioridad es el trabajo, dormir y comer, no hay tiempo para nada más, bueno, quizás un poco para salir con su mejor amiga y conseguir divertirse con alguien por la noche. Sin embargo, después de comenzar a trabajar en Claverwood, su rutina diaria comenzará a cambiar poco a poco, y no sólo porque su trabajo cada día se volvía cada vez más pesado y tuviera la constante presión de su rival psicóloga para mejorar las cosas en el instituto, sino que también, el hecho de tener que ver todo el día al guapísimo profesor de matemáticas, por quién, cada día comenzaba a sentir más cosas.