La ciudad de cartón

"Donde culmina Poe comienza Kafka"

Sugerimos esta cita del crítico de la literatura fantástica, Louis Vax, para aquellos que quieran colaborar con la búsqueda del personaje de esta inquietante nouvelle.
Esta se construye en dos partes: La ciudad de cartón nos introduce en otra ciudad de cartón (escrita) donde acompañamos al protagonista, en dos estadios: su hábitat, en la 1ª parte; en sus correrías por una ciudad fantasmal y sus suburbios en la 2ª.

Según, Washington Benavides, en los relatos de H. H. Munro, "Saki", "lo fantástico se instala como un acontecimiento corriente en sus relatos". Lo mismo ocurre en esta novela. Desde su inicio, lo real es suplantado en base a metáforas o visiones insólitas por otra dimensión. Lejanamente, el fantasma de Gregorio Samsa parecería la sombra de este hombre que está de vacaciones. El "eterno femenino" aparece un día en su casa en la figura de esa muchacha con piernitas de niña que, sin razón ni explicación alguna, se sienta a la mesa y empieza a construir su ciudad de cartón. Olvídese el lector avisado de exigirle al autor referencias o conclusiones de esta anormal visita. Tampoco por las catástrofes de inundaciones o de temblores de tierra y sombras feroces que se tragan a los individuos, en la 2ª. La sexualidad, uno de los caballitos de batalla de la narrativa contemporánea, aquí se observa así: "Hicimos el amor como apurados por una obligación fatal. No tenía necesidad, ni sentía ningún deseo y comencé a pensar en lo que podría hacer al otro día, pero no se me ocurrió gran cosa, entonces terminé pensando en nada". Pocas veces se leerán páginas tan despojadas del deseo sexual como estas. ¿Qué busca el personaje, dentro y fuera de su casa? ¿Por qué una mujer es todas las mujeres? Esta breve e inquietante novela, debe leerse. Nos ofrece un material complejo y atractivo. Nos sugiere que las cosas son dobles y muchas veces contrarias.