La virilidad esta llena de orgullo, cualquier hombre que la posee debe ser grato y generoso para la mujer, resalta los prejuicios y los acalorados deseos de una fémina, convirtiendo tiernos pensamientos en indiscutibles deseos sosegados por la lujuria. Desde tiempos remotos la pasión ha sido alabada, guerras se han detenido por el deseo irracional, el perfume de las pieles arrebatadas armoniza la peste de las calles, desterrando a pobres y ricos de la abstinencia.