Cuando caes por uno de tus mejores amigos y se lo dices, nada vuelve a ser igual, y si vuelve a serlo, entonces no lo dejes ir. Porque cuando le dices, las cosas dan un giro y hay dos opciones: a) Ser enviada a la friendzone. O b) Que él te corresponda también. Pero cuando tienes a un amigo tan complicado como él mío solo existe la opción a. El proceso de superación ha sido difícil, y quizá por eso escriba este libro, para dejarlo ir, o quizá simplemente para sacarlo de mí.