Solo el 2% de la población mundial son omegas masculinos, Jae es el único de su instituto y no lo ha hecho popular, sino todo lo contrario. Por lo mismo ha creado un plan de supervivencia, los pasos son simples: ser invisible, graduarse, convertirse en bibliotecario, obtener un gato negro, llamarlo Salem y vivir el resto de sus días regañando a los que hacen ruido en la biblioteca.
O al menos era el plan hasta que apareció Arny. Es un alfa, parece salido de uno de sus libros y oculta un secreto. Sus planes están por desmoronarse por completo.
«Recuerdo el cuento de Pedro y el lobo demasiado bien, mi madre solía leerme historias y aquella se quedó grabada en mi cabeza como si la hubieran tallado en piedra, con todo y moraleja «no mientas demasiado, o luego nadie va a creerte». Siendo el extremista que soy decidí que mis palabras y acciones debían guardar siempre honestidad en ellas, me propuse no decir mentiras, no actuar con falsedad, no hacer acciones en vano.
Y guardé mi llanto de omega para un lobo de verdad.»
NOTA: La palabra al inicio de cada capítulo es la inspiración para este. Esta historia es omegaverse, tiene contenido sobrenatural (hombres lobo), sexo entre hombres, embarazo masculino, momentos difíciles y fuertes, y otros con altos contenidos de azúcar. Están advertidos.
Jaiden, el alfa del clan de sur, sabe que es hora de buscar una reina para la manada, pero no encuentra ninguna hembra que pueda hacer ese papel, todas parecen... Demasiado dispuestas a amarle, y él desde luego no quiere eso.
Abigail acaba de llegar a ese clan, donde para ella todos son extraños, tras el rechazo de su vida del que aún está intentando recuperarse.
¿Puede que huyendo de quedar mal ante Shaun, su exnovio, acaba besando al Alfa?
Ella no está interesada en Jaiden y, eso.... La convierte a ojos del alfa en una reina perfecta.
¿Qué podría salir mal?