Ya me crecieron miedos que nunca eduqué. Me sentí feliz cuando todo iba bien y lloré como todos cuando algo se va. Nadie te enseña a ser fuerte pero te obligan. Nadie te enseña los pasos en un mundo que te obliga cada día a poder levantarte y caminar. Hay tantos con quién estar pero no con quién ser, tan solo somos caminos que suelen torcer, miles de complejos sueltos que debemos de vencer. Porque también dediqué tiempo a quién ya no se acuerda de mí. No he estado confundido, he estado fundido con lo peor de mí. Lo siento, ya no soy quien solía ser, te falle e hice daño, hice lo que prometí no hacer nunca y mirame, volviendo a caer en lo mismo. Si me quedo te hago daño, si me voy lo hago igual, no sé que hacer, así que por una vez en la vida pensé en mi, desentendiendome de todo y todos para fundirme en una felicidad infinita sin importar las lágrimas que derrocheis. Ojalá nunca te abracen por última vez, no después de aquello.