Chrystalle no es quien dice ser. Todo el tranquilo pueblo de Brownsville la conoce como una chica admirable, callada, enfocada. No conocen a sus padres, ¿para qué? De seguro tienen un trabajo sencillo pero honroso. Tal vez en alguna oficina o puede que incluso sean abogados dado que ella estudia derecho. Saben que tiene un hermano mayor que no acabó la escuela y se la pasa en un sucio taller; ¿eso qué importa?, en toda familia hay un descarriado, ¿no? Su novio viene de buena familia. De seguro se casarán terminando la universidad y tendrán una gran casa en la parte rica del condado y otra más en la playa de Boca Chica. Se graduará con honores, será una buena abogada y pasará su vida en el lado correcto de la justicia. Todo era como debía ser. Nadie sospecha. ¿Porqué habrían de hacerlo? Hasta que llega James. Él es... diferente. No hay otra forma de describirlo. Ama la vida; vive cada día como si fuera el último pero no le tiene miedo a nada, como si fuera inmortal. Un solo encuentro con Chrystalle le bastó para tomar una decisión: iba a ser su ruina. De todas formas, es hora de que Brownsville sepa la verdad. [...] Ésta novela ya había sido escrita y publicada entre el año 2013 y 2016.