Cuando un profesor se jubila, viene un sustituto. Técnicamente, cuando ese sustituto llega, ha de amoldarse a los alumnos, pero no parece ser así para Hunter Lewis, el nuevo profesor de literatura de la universidad donde Alanna Brooks está estudiando.
El primer día de clase del joven Profesor Lewis ya es toda una revolución en el centro de estudio; ya que hay profesores que le detestan y otros que le admiran, alumnos que le aman y otros que le aborrecen, pero a él le da lo mismo, es más, parece darle igual todo.
Su carácter es cerrado, solitario y cínico.
¿Quién iba a imaginar que el nuevo, solitario y tosco profesor de literatura, pudiese llegar a tener un corazón?
Por suerte, la joven Alanna Brooks llegará a conocer esa poco usada faceta de su nuevo profesor, aunque, claro está, no les será demasiado fácil llegar a mantener una relación más allá de profesor alumna, pero la palabra rendición no parece estar en el vocabulario de ninguno de los dos.
Andy siente que todo le sale mal: acaba de ser rechazado por la chica que le gusta y necesita ayuda urgente para aprobar sus exámenes o tendrá que recursar en las vacaciones de invierno. Para colmo, su madre le consigue el peor tutor de todos: Edward, el chico más grosero, antipático y con fama de ser homofóbico. El escenario no podría ser peor.
Sin embargo, con cada tutoría, descubre que Edward es todo lo contrario: es amable, divertido y está secretamente enamorado de otro chico de la escuela.
Andy, al descubrir que Edward no es lo que todos piensan, decide ayudarlo con consejos de conquista a cambio de las tutorías, no obstante, a medida que pasa el tiempo, la relación entre ambos se fortalece. Mientras Edward sigue los consejos de Andy y parece que está conquistando al chico que le gusta según sus propias palabras, Andy comienza a cuestionar sus propios sentimientos.
¿Podrán conseguir la conquista perfecta o descubrirán que el amor verdadero está más cerca de lo que imaginaban?