Era hermoso... el ser más hermoso que haya visto en su corta vida y podría asegurar que no vería otro igual, tenía la apariencia de un ángel... pero ese ser estaba lejos de ser un ángel. Forjados para odiarse y destinados a quererse. Entre los vampiros y licántropos no pueden existir ningún tipo de sentimiento que no sea el odio, pero aveces el destino suele ser caprichoso con sus decisiones.