El dominio de la palabra escrita, hace mucho tiempo significó un don de los dioses para los hombres adinerados. Entonces, jamás lograré entender como el resto de la población dejaba correr sus sentimientos. Tal vez, para desgracia de muchos, los dejaban ir entre pleitos, golpes y alcohol. La escritura, es la forma más sana de desahogar el alma y la más efectiva para inmortalizar los deseos. Por medio de cada palabra la ficción se convierte en realidad. La poesía viene a ser para mi, burbujas de sentimientos que no puedo retener, cosas que son inspiradas en vivencias propias, imágenes, música o dramas ajenos, versos que tienen que ser creados con la rapidez y el cuidado que el sentimiento amerita. Bienvenidos a Natural, un nuevo poemario nada profesional, pero que es realizado con el alma.