Yo preparaba a cada uno de mis ángeles ya que el mundo estaba siendo creado, de tal modo que las plantas empezaban a asomarse en la tierra, el universo estrellado en el cielo se llenaba de tonos perfectos, el día soleado cual oro dorado, la lluvia en los valles y en los mares, la nieve blanca en las montañas, una gama de colores, texturas, formas y temperatura era la tierra, tenía muchos ángeles a mi mandato, yo dios no me decidía cual iba a ser mi mano derecha en todo, y se me ocurrió algo demasiado curioso, arriesgado y malo, a decir verdad no sé qué estaba pensando en ese momento, una competencia entre mis mejores pupilos e hijos míos, que iba a terminar realmente mal.