Imaginemos la situación, chica tirada en el suelo de una habitación, llorando a mares toda dramática con las rodillas recogidas, mocos por toda la cara y con una expresión de congoja que daría lástima hasta el más insensible de los mortales, pues así estoy ahora, en el suelo del baño de la residencia universitaria que comparto con mi compañera y... ¿Por qué? pues un clásico, como no, la típica historia de enamorarte de la persona que no debes y que no te merece porque eres buena e ingenua a rabiar y la otra persona es lo peor, pero te enamoras porque el corazón manda siempre y el cuerpo le sigue a pesar de su resistencia a no caer en la trampa pero al final caes y sufres por ello, como si fuese una premisa en la vida, sufrir por amor es lo que tiene que pasar porque sí, porque la mera existencia te lo pide.
Pero empecemos por el principio de la historia de la típica chica que no vio venir que se estaba enamorando, sin querer, de su mejor amigo.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...