Un manto negro fue el captor de mi atención. Eso es lo que lograba ver a través de un pequeño agujero en el techo, el mismo agujero que me permitía respirar y sentir la lluvia. Estaba tan deprimida ese día, mi querida hermana por alguna razón no me quería hablar, y no entendía el por que... La pequeña niña de cabello negro hizo un puchero que de formó su rostro, con sus manitas pálidas apretujo sus rodillas, haciendo que ellas chocará en su pecho, en serio quería que su hermana le hablara. Ve el rostro pálido de su hermanita y como un escarabajo sale por su boca, su piel empezaba a desaparecer por el curso de descomposición que un cadáver sufre después de determinado tiempo. -¿Estas enojada...? -le preguntó al cuerpo inerte de su hermanita de 3años. La pequeña niña estaba un tanto preocupada, habían pasado días desde que el hombre malo no venía a verlas, esperaba con ansias el pan que traía para ambas. -No te preocupes él pronto vendrá y comeremos rico pan...