Después de un bloqueo creativo de varios años y una vida de esclavitud laboral, preso del sistema y demás metas plásticas impuestas por nuestra sociedad, despierto y decido que nada de lo que he perseguido todo este tiempo tiene sentido y a la vez, redescubro la escritura de ficción. Ahora, me aventuro a escribir estos cuentos como escape a la monotonía de mi trabajo y así, de paso, pongo a trabajar mi mente obsesiva en algo creativo y no en dar vueltas, una y otra vez, al mismo laberinto en que me encuentro.