Harry ha pasado toda su vida cuidando de su alma gemela. Lo conoce desde su nacimiento y ha vigilado cada uno de sus pasos sin intervenir en nada, dejándolo florecer y convertirse en aquel mocoso de veinte años lleno de inocencia y cariño. Ahora lo necesita en su vida tanto como al oxígeno al que ha tenido que acostumbrarse estando en la Tierra.
No era fácil ser Harry, cuidar de Louis y administrar el Inframundo, todo al mismo tiempo. El maldito estigma de ser el mal encarnado le pasaba factura cada vez que intentaba acercarse a su pequeño Lou y era interceptado por los putos ángeles que su padre había mandado como custodios de su alma gemela; Niall, Liam y Riddle. Pero ya era hora, y retrasarlo era en vano.
Lo que se venía, era inevitable.
Louis fue suyo desde el primer minuto de su mera existencia.
Serena Lancaster acaba de cumplir 18 años, y lo que parecía ser un futuro libre de ataduras se convierte en una sorpresa inesperada: un matrimonio arreglado por sus padres con Charles, un hombre 9 años mayor. Para evitar los rumores y la crítica por la diferencia de edad, deben ocultar su relación, haciéndola pasar por su prima en público. Lo que comenzó como una obligación se convierte en una relación llena de peleas, secretos y divertidas discusiones. Pero, ¿será posible que entre tanta tensión surja algo más que simple resentimiento?