Él era sabio, fuerte y valiente. Su destino era ser rey. Ella era joven, hermosa pero una simple doncella. Su destino era amarlo. Cuando se conocieron solo eran un hombre y una mujer, consumidos por una pasión súbita y profunda. Pero Hilary descubre que aquel hombre era casado. Lo que ella no sabía era que Semir ya estaba calado por ella, dispuesto a convertirla en su esposa y Reyna a cuesta de todo.