Después de haber sido descubierto por su madre y su padrastro mientras besaba a otro muchacho, la vida de Ezekiel Alterman da un giro de 180 grados. Desterrado al otro extremo del país, en el lejano pueblo de Derry en Maine, Ezekiel debe refugiarse bajo el incondicional amor de su abuela paterna. Sin embargo, pronto se dará cuenta de que en su nuevo hogar aguardan más desventuras que las que le ha tocado vivir, pues en Derry el peligro deambula en todas partes; tanto en la forma de personas ignorantes, así como en una manifestación sobrenatural sedienta de sangre.