Candy White, la risueña mujer a quien conoció de niña, ha crecido, ya no es la adolescente enamoradiza, ahora sus ojos reflejan la madurez, ella es feliz, no finge las sonrisas. A quien cuidaría con discreción durante tanto tiempo, es ahora a quien tiene en frente suyo con cada despertar.
El amor no es simplemente llevarse por las emociones, es cuidar, tolerar y seguir a pesar de los tormentos.
Han pasado dos años desde aquella revelación del príncipe de la colina, Candy ha cambiado completamente y pasa tiempo equitativo tanto en el hogar de pony como en la casa Ardley junto a Albert quien es ahora un hombre que salto de inmediato al reconocimiento cuando antes vivió sólo del recuerdo, la gente le admira por su gran trabajo. Ha nacido progreso entre ambos jóvenes, la vida sigue un cause normal, se siente la gentileza y calidad a donde ambos vayan, dos personas quien sencillamente no se pueden odiar.
Si alguien te ama con euforia y entrega, no le hagas caso a tu mente por la atracción a quien te amara por un lapso de tiempo.
Sentimientos encontrados y situaciones que seguirán viviendo entre ambos culminan en el mejor día que ambos pudieran desear.