Sábanas Blancas

Alguien me toma el brazo, lucho por defenderme pero mis intentos se quedan en mi mente. Algo espeso entra en mi torrente sanguíneo, no puedo detenerlo. Comienzo a dejar de castañar, me desespero, mi único movimiento empieza a desaparecer. Intento levantarme pero mi cuerpo no se inmuta, la rabia supera a la desesperación y viendo con los ojos bien abiertos a esa anciana mujer, siento que mis ojos saldrán de sus cuencas y la alcanzarán.